Cultivar sin agua | El nuevo gran desafío
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En 2050, la demanda de alimentos subirá más de la mitad, la tecnología en la producción agrícola también promete mitigar la escasez mediante nuevas técnicas y tecnología.
Científicos y otros expertos trabajan en nuevas opciones que permitan lograr, en las próximas décadas, la producción a gran escala de alimentos sin agua, luz o pesticidas. Esto para satisfacer la creciente demanda derivada del aumento poblacional en el mundo.
Investigadores en la Antártida cosecharon en abril de 2018 los primeros vegetales sin necesidad de estos elementos, como parte de un proyecto que busca ayudar a los astronautas a cultivar alimentos frescos en otros planetas.
Científicos de la base alemana Neumayer Station III recolectaron 3.6 kilos de lechuga, 18 pepinos y 70 rábanos que crecieron en un invernadero de alta tecnología, cuando la temperatura exterior era de -20 grados Celsius, señaló el Centro Aeroespacial de Alemania, que coordina el proyecto.
El futuro de la alimentación y la agricultura
El éxito de estos ensayos adquiere relevancia ya que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que en 2050 el sector tendrá que producir casi 50% más de alimentos, forraje y biocombustible de los que producía en 2012, dado el crecimiento poblacional.
En su informe El futuro de la alimentación y la agricultura, la FAO advierte que en las regiones de África subsahariana y Asia meridional la producción agrícola debería multiplicarse por más de dos para cubrir la demanda creciente, mientras que en el resto del mundo las previsiones de crecimiento estarían en torno a un tercio por encima de los niveles actuales.
Otra opción para cubrir la demanda radica en prácticas como la agricultura de conservación y la agricultura climáticamente inteligente, que proporcionan nuevos métodos para incrementar la productividad.
Para el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMyT), la agricultura de conservación busca la protección del medio ambiente, reducir al mínimo el movimiento del suelo, dejar el rastrojo del cultivo anterior en la superficie del terreno y practicar la rotación de cultivo.
El futuro tiende al sur
Los productores más importantes de alimentos en México están al norte del país, pero en 45 años será el sur el que aporte la mayor parte de los alimentos, pues en esa zona se encuentra el agua necesaria para hacerlo.
Por ello, es preciso contar con la infraestructura y tecnología para la optimización de este recurso, y México tiene que ser más productivo con los que posee ya que, aunque las áreas de oportunidad están en el sur-sureste (que tiene 60% del agua del país), esa región actualmente sólo produce 30% del total de los alimentos.
Nuestro país cuenta con una superficie agrícola-agropecuaria de hasta 24 millones de hectáreas, pero ahora sólo se usan 21 millones, es decir hay 3 millones por explotar con mayor tecnificación, inversión e innovación, donde el agua será un tema fundamental
De acuerdo con la últimas previsiones del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en 2017 se produjeron para el país y para el mundo 222.9 millones de toneladas de producción agropecuaria y pesquera, lo cual representa un .7% más que el mismo periodo del año anterior (221.3 toneladas).
Según estas previsiones, elsector agrícola produjo 199.8 millones de toneladas, un millón más que en 2016. Juan Carlos Anaya, director de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas indica que es necesario desarrollar mayor infraestructura en carreteras, ferrocarriles, áreas de riego con alta tecnología en sistemas para racionalizar el agua e incrementar la producción de granos, frutas y hortalizas.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), 76% del líquido que se utiliza en México se ocupa en el sector de la agricultura. Según el documento Estadísticas del agua en México, los factores que contribuyen al desperdicio de este recurso son “el mal manejo de los sistemas de irrigación”, esto a pesar de que el país cuenta con una de las infraestructuras de riego más grandes del mundo, de más de 6 millones de hectáreas.
Un grupo de investigación del Instituto Tecnológico de Morelia y de la Universidad de Manchester, en Inglaterra, busca optimizar su uso mediante señales y tecnología de impedancia eléctrica. Ésta modela el comportamiento del terreno bajo diferentes condiciones de irrigación para conocer la cantidad de agua exacta que es necesaria.
“Los resultados indican que la técnica de medición propuesta puede usarse para detectar y predecir el movimiento del líquido a través de la muestra de suelo”, expresó el líder de la investigación, José Antonio Gutiérrez Gnecchi.
Transformar la alimentación
Crispim Moreira, representante de la Oficina de Asociación y Enlace de la FAO, resalta el hecho de que México es uno de los ocho países en América Latina y el Caribe que ha consagrado en su Constitución el derecho humano a la alimentación, y se dice confiado en que los legisladores aprueben la ley que reglamente este derecho.
Esta legislación, llamada Ley del Derecho a la Alimentación Adecuada en México, se encuentra actualmente en el Congreso en espera de ser aprobada por la cámara alta.
“Entre los objetivos de esta ley están: garantizar el goce y ejercicio efectivo del derecho a la alimentación; contribuir a la autosuficiencia, seguridad, soberanía y sustentabilidad alimentaria”, detalla la senadora Lisbeth Hernández Lecona, coordinadora del Frente Parlamentario contra el Hambre de América Latina y el Caribe, Capítulo México (FPH México).
Moreira señala que para transformar el sistema agroalimentario es necesario cambiar la manera de producir, distribuir, procesar y consumir alimentos.
“La FAO recomienda profundas transformaciones en el sistema agroalimentario, pues hoy excluyen a una parte de la población”, afirma.
Entre esas recomendaciones están el ampliar la oferta exportable, satisfaciendo las preferencias y los requerimientos de acceso de los mercados globales, garantizar un sistema agroalimentario flexible, eficiente, competitivo y rentable, que evite desperdicios y mermas, promover la producción sustentable que considere y mitigue los efe tos del cambio climático.
Además, se incita a incrementar el uso del conocimiento, la investigación, la innovación y la tecnología, privilegiando el extensionismo, impulsar el desarrollo de la población rural y fomentar una alimentación saludable y accesible para los consumidores, que privilegie la calidad e inocuidad.
Moreira recuerda que en el mundo 7 de cada 10 personas que están en la pobreza son campesinos, indígenas, pequeños productores, justamente quienes cuidan de la tierra y alimentan a las ciudades, por lo que llama a sustituir el sistema alimentario por uno sostenible, incluyente y resiliente.
¿Qué sigue?
Según el informe de la FAO, además de la necesidad de detonar la oferta de alimentos, será necesario producirlos a un precio accesible para los consumidores.
Por ello, “además de las estrategias para reducir los costos de producción habrá que reducir los de distribución, por lo que las cadenas de suministro deberán ser más eficientes”.
Una de las soluciones señaladas por el organismo es la creación de cooperativas para comercializar productos directamente a los centros de distribución de los supermercados.
Según la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), México no es ajeno a los grandes retos y necesidades mundiales de una alimentación suficiente, accesible y saludable. En el futuro su mayor población, al igual que la del mundo, demandará no sólo más alimentos, sino que buscará que éstos sean seguros, variados y de alta calidad.
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