El cambio climático amenaza a las carreteras mexicanas
|La infraestructura vial acapara una cuarta parte de las pérdidas materiales provocadas por desastres naturales en América Latina, de acuerdo con CAF, que ofrece una guía de recomendaciones para adaptar las carreteras al clima.
Los 378,633 kilómetros de carreteras de México podrían verse en riesgo si la infraestructural vial no se adapta a las nuevas condiciones que impone el cambio climático.
Una cuarta parte de las pérdidas ocasionadas por desastres naturales en la región recaen sobre la red vial, revela la Guía de buenas prácticas para la adaptación de las carreteras al clima, publicada por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
En ella, la institución advierte que es necesario adaptar los parámetros de construcción y modernización de las carreteras.
“Los cambios acelerados que se están produciendo hacen que los datos climáticos históricos que se utilizan actualmente no sean suficientes para una adecuada gestión de la infraestructura”, consideran los autores del informe.
Mónica López, experta en infraestructura en CAF, señaló que los pasos para enfrentar este escenario deben centrarse en dos pilares: “La planificación estratégica, que implica crear marcos institucionales, legales y sociales adecuados; y medidas específicas que incluyen buenas prácticas de ingeniería para el diseño y la construcción de infraestructuras más resistentes”.
México expuesto
Aunque la experta reconoce que México ya ha iniciado algunas medidas, “todavía le queda recorrido en las áreas de coordinación, investigación e ingeniería”, ya que los efectos del cambio climático ponen en riesgo no sólo la gestión de la actual infraestructura vial, sino la planificación de nuevas obras y su resistencia.
México ocupa el lugar 44 en el índice de grado de exposición ante eventos climáticos adversos que realiza Germanwatch. Esta vulnerabilidad supone una pérdida anual de 3,051 millones de dólares, lo que equivale a 0.19% del PIB, según el reporte El clima y las carreteras en México, del Instituto Mexicano de Transporte.
En ese mismo informe se señala que la mayor parte de las carreteras se construyen con una perspectiva de vida útil de 50 años, y solo en el último sexenio se invirtieron 129,000 millones de pesos para modernizar o reconstruir carreteras, según Banobras, por lo que resulta clave comprender cómo proteger esta inversión.
Aunque México cuenta con una legislación en materia de cambio climático, no dispone de estrategias específicas en infraestructura vial, señala CAF. De hecho, Colombia, donde 39% de la red vial primaria está en riesgo alto, es el único país de la región que cuenta con un plan específico para salvaguardar sus carreteras.
Guía de recomendaciones
El CAF propone tres líneas de acción, comenzando por la revisión de los criterios que se aplican al considerar la incidencia de las nuevas condiciones del clima.
Además, recomienda crear fondos de prevención para adaptar la infraestructura existente al clima y que no solo sirvan para atender las emergencias cuando ya se han producido. Por último, la organización considera que se necesita generar más información sobre los efectos de los eventos climáticos extremos para poder actuar.
“Para tener carreteras seguras y resilientes al clima, en los próximos años será imprescindible definir estrategias transversales que permitan adaptar nuestras infraestructuras al clima durante todo su ciclo de vida, y promover el uso de buenas prácticas en los proyectos de carreteras”, explica Antonio Silveira, vicepresidente de Infraestructura de CAF.
El Banco Mundial estimó que el costo neto de adaptación al clima de una nueva infraestructura oscila entre 1% y 2% del costo total de la misma, a lo que se suma el tiempo para modernizarla, que va desde tres meses hasta cinco años.
Valls reconoce que todavía falta mucho para que se incorpore en las agendas públicas como prioridad nacional.
“Nuestra labor es poder transmitir a los gobiernos que es posible la mejora de la eficiencia en la inversión y gestión de carreteras incorporando, por un lado medidas de adaptación , y por otro a través de herramientas que permitan la digitalización del sector, con el propósito de hacer más con menos”, dice.
En marzo, la CAF y el Centro Mario Molina identificaron 105,000 sitios del país en situación de riesgo por inundación fluvial, y reconocieron que las temperaturas extremas y su evolución constante en el futuro representan una amenaza de fractura y deformación de la carpeta asfáltica, usada en 99% de los caminos del país.